sábado, 14 de junio de 2008

Mi segunda novela (12)

Pasado algún tiempo y cuando Adriana estaba totalmente recuperada, sin poder reprimir mi curiosidad, le comenté que no comprendía como una mujer, inteligente como ella, se podía quedar embarazada sin desearlo.
Con su habitual aplomo me contestó.
-- En los últimos tres meses antes de abortar, me he acostado con cinco hombres distintos. ¿Tú cuál crees que es el padre? El acertar con uno u otro seria injusto y una lotería. A mí me cuesta mucho trabajo decir no, cuando -- Y no me tomes por puritana, pero para mí, es una cosa muy seria. Me figuro que me tomas el pelo cuando me das evasivas si te pregunto quien es el padre. Tú tienes que saberlo y creo que tenemos suficiente confianza como para que abras tu forma de pensar conmigo. -- Pregunta baldía y respuesta reiterada, quiero decir sí, hablando de sexo. ¿No te ocurre a ti lo mismo? Hay que disfrutar con las cosas que a una le gustan. Yo tenía un conocido que lo que más le gustaba era comer y eso le dio algún disgusto de salud pero no por eso dejó de comer hasta que un día, tuvo un disgusto muy serio. Cuando se repuso, siguió comiendo como al principio. Una jovencita, recién casada, que vive cerca de mi casa, es una entusiasta del deporte siendo esto lo que más le gusta, como me confesó antes de abortar debido a una caída haciendo footing. Perdió su hijo pero ella sigue haciendo deporte, si cabe, con más ahínco. Ejemplos de este tipo te pondría hasta aburrirte y, seguramente, tú también me los podrías poner a mi. Cuando tu novio se pone cariñoso ¿te acuerdas siempre del preservativo? Chica, que quieres que te diga, a mí es lo que más me gusta y cuando en el sitio elegido hay mucha gente, más morbo y más ganas. Me pasa lo que a Woody Allen, en una de sus películas.
Me dejó petrificada y no supe contestar. Me di cuenta de que tenía razón.

* * *

No hay comentarios: