lunes, 9 de junio de 2008

Mi segunda novela: ADRIANA. Extraños comportamientos (1)

CAPITULO I



>>Desde que me enteré de la desaparición de Adriana, me invadieron unas irrefrenables ganas de hurgar en su vida, no en su pasado, que conocía casi perfectamente, sino en el desgraciado e insospechado hecho. Cualquier pretexto era bueno para descuidar el inicio, y es que, sin saber por qué, me daba miedo el comienzo. Ese miedo, la incuria y la pereza, fueron los mejores aliados del retraso. Cuando su hijo Carlos me contó su desaparición, entonces y sólo entonces, empecé a pensar seriamente, en escribir sobre ella. El motivo era simple: intentar que alguien, al leer este relato, esclareciera su situación y, sobre todo, darme alguna pista de su paradero. Al final no hizo falta; yo, con la ayuda de mi marido, pudimos dar con ella después de muchos sacrificios y sufrimientos. El relato podría contarlo en pocas líneas, pero quedaría incompleto, sin alma. Para poderlo entender yo misma, tuve que emplear muchas horas realizando entrevistas con casi todas las personas que en la novela aparecen.

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